¡Como si fueran pocos los problemas que el mundo continúa enfrentando en lidiar con el COVID! Ahora se habla de la Viruela del Mono.
Y digamos que no sólo es el problema que representa el virus. Pero quizá aún más, los problemas de diferentes grupos humanos cuyas necesidades: económicas, políticas, sociales, e incluso personales, han causado en algunos momentos, confusión, controversia, y hasta conmoción.
Y como si eso no fuera suficiente, ahora se empiezan a escuchar nuevos rumores y por ende nuevos temores, en cuanto a la Viruela del mono.
Aunque si alguien ya llegó a esta parte del artículo, mi mejor sugerencia, sería continuar con las precauciones sugeridas en la actual pandemia, de la cual, aún no ganamos la batalla, antes de comenzar a preocuparse de la siguiente pandemia.
Pero para no defraudar a quien comenzó a leer con curiosidad, les comentare los siguientes datos que tenemos, basados en fuentes oficiales.
Para empezar, (Hasta donde sabemos; Y digo ésto para no entrar en confrontación con algunos)
La Viruela del Mono, no se creó en ningún laboratorio siniestro en el otro lado del mundo, con el único fin de molestarnos.
Se transmite por pequeños mamíferos (roedores) y puede infectar a otros organismos, como el mono, y su pariente cercano… el ser humano.
El primer brote identificado en 1958 fué en monos usados en investigación (de ahí su nombre). En 1973 hubo un primer brote en Estados Unidos, cuando llego a través de la importación de unos roedores africanos, vendidos como mascotas.
Este virus es un pariente cercano de la llamada viruela negra, cuya tenebrosa historia ya casi no se recuerda pues la vacunación masiva en todo el mundo logró finalmente su erradicación. Y justamente esa vacuna, es la misma que se ha considerado a usar en esta nueva variante. La que, aunque menos agresiva, ya empieza a darles serios dolores de cabeza a los responsables de la salud publica mundial
Durante muchos años, su presencia estaba limitada a áreas de África Central, particularmente del Congo.
Los casos iniciales que se habían visto, fuera de esa región, eran en individuos que se habían infectado en dicha área endémica, y viajado después a otros países.
Su contagiosidad, es mucho menor de lo que sucede en enfermedades respiratorias, como la Influenza y el COVID.
Y entonces nos preguntamos, ¿Porque tanta preocupación?
Pues porque ya han aparecido varios casos que no tienen nada que ver con el Congo. Y dados los avances en los medios de comunicación, la distribución de fenómenos biológicos, así como la información, desde el despertar de un conflicto social, como sucedió en la Primavera Árabe, hasta cualquier imagen graciosa, dan lugar a la expresión, “se volvió viral” ya que en unos cuantos ‘clicks’ cualquier información puede alcanzar a millones de individuos.
A todos nos queda claro, que el mundo del siglo XXI, en cuanto a la movilidad del ser humano, no tiene ninguna comparación con el pasado. Por lo tanto, la posibilidad de llevar ‘algo’ de un sitio a otro, implica mucho más que algunos ‘recuerditos’ comprados en el aeropuerto. Y cuando hablamos de enfermedades infecciosas…, pues ahí tiene usted, “se pueden volver ¡virales!