Recuerdo, en una ocasión mi hijo, aún muy pequeño, ‘pretendió’ usar a su madre que trataba de dormir, como compañera de juegos. Para ser honesta (full disclosure) en la casa donde crecí, había un rifle y dos pistolas. (padre con gusto por la cacería y las armas). Y yo tenía fama (para ser una niña de mis tiempos) de tener una excelente puntería con mi propio rifle de municiones,
Pero cuando fue mi turno ser la madre, había la orden de que ni Santa Claus, ni ningún familiar bien intencionado, podía atreverse a regalar ninguno de los tantos juguetes de moda que representaran un arma. Y en aquella época, creo que aún no había ni internet, ni celulares. La televisión, se prendía únicamente cuando había supervisión, y durante mucho tiempo, lo más violento cuando íbamos al cine, era alguno de los villanos de Disney. Y aun así… “Bang…bang… “con un inocente dedo apuntándome, mi hijo me pedía pretender estar ‘morida’ en su lenguaje infantil y bicultural.
Hace unos días, El Dr. Jaime Estrada, estimado colega, quien fuera también en el pasado, presidente de la Sociedad Medica Hispana en San Antonio, y quien es ahora el Presidente y CEO del grupo que formó: “Texas Doctors for Social Responsibility“, recientemente organizo una conferencia ( gracias Dios, por ZOOM) teniendo como invitado al Dr. Archie Bleyer, quien es una de las figuras mejor reconocidas, en Oncología pediátrica, a nivel internacional.
El título de su presentación fue “Prevalencia de las armas de fuego y muertes por armas de fuego en Texas, y en niños en los Estados Unidos”. Tengo que reconocer que el titulo de dicha conferencia llamó mi atención, no solo por el título, pero por que el Dr.Bleyer es un oncólogo.
Como buen hombre de ciencia, la presentación del Dr. Bleyer estuvo en todo momento respaldada por estudios científicos, a nivel nacional e internacional. Y repetidamente en su audiencia, escuchamos una y una y otra vez, valores, gráficas y curvas, que nos demostraban en forma contundente la validez, pero principalmente, lo terrorífico de dichos datos estadísticos, así como de los recuentos de historias humanas. Algunas de ellas, que aun resonaban muy fuerte, y muy cercanamente.
Cuando presento la gráfica de causas de muerte en la población infantil a través de los años, recordaba mis épocas de residente, y la palabra Cáncer se repetía como una de las principales causas de muerte en la población infantil, habiendo superado a las diarreas y a las enfermedades respiratorias del pasado. Pero en la siguiente imagen nos dijo: “Cuando era estudiante de medicina, escogí oncología pediátrica porque vi que era una de las principales causas de muerte en niños Y después de los esfuerzos que logramos en el tratamiento de algunos canceres infantiles; veo con tristeza que como ahora la causa número UNO de muerte en el grupo de 15 a 21 años, con predominio en las poblaciones de color es… muerte por arma de fuego. Por lo que ahora este es mi objeto de investigación”. Por lo que, me uno a ese sentir y quisiera compartirles en 500 palabras… este dolor.